Código moral masónico

La masonería desde el año de 1717, instituyó como principios éticos y morales o normas de comportamientos de un masón, ciertos preceptos contenidos en un documento que los masones conocemos como las Constituciones de Anderson.

Principios que durante los trabajos del convento de Lausana en 1875, se resumieron en lo que ahora denominamos el CÓDIGO MORAL MASÓNICO, el cual, debido a que las constituciones de Anderson de 1721, aprobadas en 1723, y sus modificaciones en 1738 y 1813, contienen diferencias sustanciales en cuanto al “ser supremo y la religión” y la concepción del concepto “Gran Arquitecto del Universo”, el código ha sido objeto de adaptaciones propias del contexto social y cultural, así como del sistema ritual del lugar en donde se practican.

A continuación se enlistan aquellos que se consideran actualmente, como normas de comportamiento que determinan la calidad ética y moral del masón ante sí mismo, su familia y ante la sociedad.

Código Moral

  • Honra al Gran Arquitecto del Universo.
  • Ama a tu prójimo.
  • Haz el bien, y deja hablar a los hombres.
  • El verdadero culto que se da al Gran Arquitecto del Universo consiste principalmente en las buenas obras.
  • Estima a los buenos, ama a los débiles, huye de los malvados, pero no odies a nadie.
  • Háblales moderadamente a los grandes, prudentemente a tus iguales; sinceramente a tus amigos y con ternura a los pobres.
  • No adules jamás a tu hermano, porque es una traición, y si tu hermano te adula, desconfía que te corrompa.
  • Escucha siempre la voz de tu conciencia.
  • Respeta a los pobres y practica la caridad; cada suspiro que tu rudeza les arranque, será una maldición que caerá sobre tu cabeza.
  • Respeta al viajero nacional o extranjero; ayúdalo porque su persona es sagrada para ti.
  • Evita las disputas y prevé los insultos, deja que la razón sea tu guía.
  • Respeta a las mujeres; jamás cometas abusos en contra de su dignidad y muere antes de deshonrarlas.
  • Si tienes un hijo, regocíjate y se consciente del depósito que se te confía. Haz que hasta los diez años te obedezca, hasta los veinte te ame y hasta la muerte te respete. Hasta los diez años sé su maestro, hasta los veinte su padre y hasta la muerte su amigo. Enséñale ante todo buenos principios y después bellas maneras; incúlcale una doctrina de rectitud esclarecida, antes que una frívola elegancia. Que sea mejor una persona honrada, que una persona hábil.
  • Lee y aprovecha, ve e imita. Reflexiona y trabaja, y que todo redunde en beneficio de tus hermanos para tu propia utilidad. Se siempre contento para todo, con todo y de todo.
  • No juzgues ligeramente las acciones de los hombres; no reproches y antes procura explorar bien los corazones para apreciar sus obras.